Las notas que publicara el lunes diario Crítica y hoy Clarín, no podemos decir lo mismo de La Razón, más las entrevistas que hicieron las radios en las últimas semanas, suman voces a nuestros reclamos y ayudan abrir ojos sobre la falta de planificación, previsión y contención de los vecinos y comerciantes de la Ciudad, al fin los medios reflejan nuestros reclamos.
http://www.clarin.com/diario/2009/04/08/sociedad/s-01893561.htm
DISPARADOR
Callecitas de San Telmo y ese no se qué de perdurable ruina
Por: Marcelo A. Moreno
Vivo en San Telmo. Desde mediados de diciembre del año pasado la calle Defensa, desde Independencia hasta Chile y desde Venezuela hasta Belgrano, está cerrada por unas misteriosas obras que anuncia un cartel "Haciendo Buenos Aires" y que consisten, en el primer tramo, en la vuelta de los adoquines y, en el otro, la repavimentación. A su vez, la cuadra de Balcarce entre Venezuela y Belgrano también sufre otra inquietante y longeva obra.Imagine el lector la algarabía de los vecinos, en especial los comerciantes, al ver reducidas las veredas a unos escuetos centímetros de ancho por los cuales se puede transitar sólo en fila india y es imposible hacerlo sino es a paso vivo, ya que los que vienen detrás piden permiso para circular, protestan, gritan o empujan, según el grado de educación adquirida. Los comerciantes están embargados por la euforia porque este tipo de flujo impide que a alguien se le ocurra detenerse para contemplar lo que ofrecen en sus vidrieras.
A esto hay que agregarle la tierra y el ruido que invaden, incesantes, las inmediaciones de las obras, vale decir, nuestros hogares. Esto a su vez produce un raro efecto: agotados los tres meses, los vecinos comenzamos a tomarle tirria a los laboriosos obreros que serruchan nuestros pisos. Y, también, una paradoja: cuando no aparecen -váyase a saber por qué-, nos alarmamos ante la perspectiva de que no vuelvan y todo quede así por siempre.
También los automovilistas están chochos: según de donde se venga, arribar a Chile y Balcarce puede convertirse en un difícil galimatías. Casi como llegar a Plaza de Mayo.
Desde luego hubo protestas, indignadas choriceadas y carteles que decoran los vallados de las obras con recuerdos poco caritativos para con el jefe de Gobierno porteño.
Pero ahora -que parece avizorarse el fin de los trabajos- a los vecinos nos atenazan hondas dudas, sobre todo porque en el hasta ahora virgen tramo de Defensa que arranca en Chile en dirección a México han comenzado a plantar vallas en las veredas. ¿Será ese el prólogo de nuevos meses de más polvo y estrepitoso espanto?
Los carteles que coloca el Gobierno de la Ciudad no son nada explícitos, así que pendemos del misterio, entre la adivinación y la conjetura.
Uno reza: "Buenos Aires trabaja". Por cómo ha quedado el flamante y tan irregular adoquinado de Defensa sería interesante que ya que lo hace, lo hiciera bien. Y sino, que abandonaran las calles y pusieran la líbido en las destrozadas veredas que, decoradas olorosamente por los perros, son una invitación perpetua al tropezón y al esguince.
Critica Digital Sociedad / Edición Impresa
http://criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=22426
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conflicto por obras en la calle defensa
La peatonal cortó el gas y bajó las ventas
Los vecinos se quejan del gobierno porteño y éste dice que es un problema de Metrogas. No hay suministro en varias casas ni gente en los comercios.
Claudio Mardones
06.04.2009

Corte y protesta. Los vecinos están indignados con el proyecto del gobierno porteño de peatonalizar la pintoresca calle del corazón de San Telmo. Las obras avanzan muy lentamente; para el final todavía falta.
Los vecinos consultados contaron que las máquinas que partieron el asfalto también rompieron los caños de gas natural y debido a eso varias familias de la zona pasaron fin de año sin gas. “Ahora quedan doce que ya van a cumplir cuatro meses sin servicio”, explicó Aurelli. Como sucede en estos casos, luego de la rotura del caño y la reposición de uno nuevo, la empresa Metrogas obligó a cada vecino a contratar a un gasista matriculado para concretar la reconexión. “Tuvimos que pagar más de mil pesos cada uno porque ellos se equivocaron”, relató el vecino.
Desde el gobierno porteño contestan que esos problemas no les competen. “Cuando comenzamos la obra, avisamos a las empresas de gas y electricidad para que nos dijeran dónde estaba la cañería y Metrogas nos informó mal sobre la línea de su tendido. Esto fue resuelto en 24 horas y la empresa puso el caño donde tenía que ponerlo. De ahí en adelante es un asunto entre los frentistas y la prestadora”, explicó Sergio Agostinelli, subsecretario de Ingeniería y Obras Públicas de la comuna.
El problema del gas no fue el único, porque la polémica por la peatonalización terminó en la Justicia: la ONG Basta de Demoler logró detener las obras, cuando un tribunal contencioso administrativo de la ciudad le concedió una medida cautelar que obligó a la comuna a convocar a una instancia participativa.
Pero el pasado 22 de febrero las obras retomaron con la aparición de dos grandes lomos de burro en la esquina de Defensa y Pasaje San Lorenzo que serán cruces peatonales rodeados por adoquines llegados hace una semana. “Los estamos poniendo, de acuerdo con lo que acordamos con el juez que intervino en la causa abierta por la ONG, sobre hormigón armado y luego sobre una cama de arena”, explica Agostinelli. Los vecinos, sin embargo, sostienen que los adoquines están mal puestos. “No hace falta ser ingeniero, arquitecto, ni maestro mayor de obra, con ver las diferencias en altura uno se da cuenta”, se queja Aurelli. “Y cuando pasen colectivos, chau”, agrega.
Pero para Agostinelli, nada pasará porque “es muy probable que los colectivos dejen de pasar por esta calle”, anticipó. El funcionario confió que ahora “este trayecto de Defensa será realizado en dos etapas, y las dos cuadras que faltan serán terminadas antes de fines de abril”. Las otras cuadras de Defensa hasta la Plaza de Mayo deberán esperar un poco más.
Una calle con sello histórico
Defensa es la calle más antigua de Buenos Aires. Su nombre es un homenaje a la primera línea de resistencia y defensa porteña durante la segunda invasión inglesa de 1807. Desde finales de 1700 comunicó el puerto con la ciudad, en la época en que Buenos Aires, con un puñado de manzanas, era la capital del Virreinato del Río de La Plata. El tramo que tiene la numeración del 700 al 800 está cruzado por el mítico pasaje San Lorenzo, una pequeña y antigua quebrada que data de la misma época y que transforma a ese polígono en uno de los más cotizados de la zona por su atractivo turístico. Desde diciembre, transitarla es prácticamente imposible.
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